RUTA TURÍSTICA


Iniciamos nuestro recorrido en el Museo Nacional de Escultura. Su sede principal se ubica en el Colegio de San Gregorio, un bello ejemplo del gótico isabelino,  que amplía su sede en la Casa del Sol y el Palacio de Villena.  La colección está formada por un mágnifico conjunto de escultura y pintura de los siglos XIII al XVIII, destacándo las obras de algunos de los mejores escultores de la Escuela Castellana: Alonso Berruguete, Juan de Juni y Gregorio Fernández.

Muy cerca, podremos visitar la Casa Museo de José Zorrilla. La vivienda estructurada en dos alturas posee un amplio jardín en la parte posterior. En ella se conservan recuerdos personales del poeta, así como objetos y muebles de posterior adquisición que recrean un interior de época romántica.

Siguiendo nuestra ruta, podemos ver la emblemática iglesia de San Pablo, antiguo convento de dominicos fundado en 1276 por la esposa de Alfonso X, con su magnífica fachada del gótico final, auténtico tapiz de piedra, fruto de dos fases constructivas. El cuerpo bajo, con evidentes influencias hispano- flamencas, construido bajo el patronato del Cardenal Fray Juan de Torquemada, y la parte  alta, más clasicista, rematada con frontón escamado con el escudo de los Reyes Católicos, como consecuencia de la reforma promocionada por el Duque de Lerma, cuyo enterramiento se localiza en la capilla mayor.

Su interior, una sola nave y crucero alargado con cinco capillas abiertas entre los contrafuertes, alberga interesantes obras artísticas entre las que se encuentra el Cristo yacente de Gregorio Fernández.

Junto a San Pablo se encuentra el Palacio de los Pimentel. Una de las ventanas conserva una cadena que recuerda la leyenda de que Felipe II fue sacado del palacio por esa ventana para poder ser bautizado en la Iglesia de San Pablo, pues de haber salido por la puerta principal hubiera debido ser bautizado en la cercana iglesia de San Martín. Lo más sobresaliente de su exterior es la ventana plateresca situada en la esquina del palacio, con motivos escultóricos estrechamente relacionados con la manera de Diego de Siloé.

Bajando por la calle de las Angustias llegamos al atrio de San Martín donde se ubica la iglesia del mismo nombre, interesante por ser la que posee la torre más antigua de la ciudad.

Continuando por la calle de las Angustias nos encontramos con dos edificios emblemáticos, la Iglesia de las Angustias, del siglo XVI y el Teatro Calderón, que acoge la orquesta sinfónica de Castilla y León y es la actual sede de la Seminci.

Continuando nuestro paseo, si giramos a la izquierda en la calle de Echegaray llegamos a la Iglesia de la Antigua, de estilo románico, realizada por orden del Conde Ansúrez en el siglo XI. Destaca por la torre, siendo su pórtico del siglo XIII.

A su frente, están los restos de la antigua Colegiata, derruida a medida que se iba construyendo la  Catedral según  diseño de Juan de Herrera, que la dejó inacabada para dirigir, por encargo del rey, las obras del Monasterio de El Escorial. En 1729, el arquitecto madrileño Alberto Churriguera recibió el encargo de continuar con la obra de la Catedral. A él debemos la construcción del cuerpo superior de su fachada principal y probablemente el controvertido atrio con el que se salva la diferencia de altura de la misma con respecto a la calle a la que se abre.

Como muchos otros edificios del patrimonio monumental español, la Catedral de Valladolid sufrió el envite del devastador “terremoto de Lisboa” de 1755. La torre se resintió y, finalmente se derrumbó un siglo después, en 1841. Con el paso del tiempo, nuestra Catedral fue sufriendo otras…”amputaciones”. A comienzos del siglo XX, se desarmó la reja del XVIII que cerraba el coro, y hoy se exhibe en el Metropolitan Museum de Nueva York, en una de sus salas principales. El magnífico retablo mayor de la catedral es obra de Juan de Juni, y procede de la Antigua. Puede verse en el interior el Museo Catedralicio, con obras de gran interés.

Muy próxima, está la Universidad de Valladolid con una fachada barroca construida por el sacerdote Fray Pedro de la Visitación  representan alegorías de las materias que se impartían en el edificio, sufrió un incendio en 1939 y actualmente alberga la Facultad de Derecho.

Bajando por la calle de la Librería, topamos con la plaza que toma su nombre del Palacio de Santa Cruz que la preside, considerado la primera muestra del arte del Renacimiento en España. Creado bajo el mecenazgo del Cardenal Mendoza, es hoy sede de la Univerdad. Muy interesante su claustro y la azulejería de la escalinata.

Muy interesante sería también una visita al gran pulmón de Valladolid, el Campo Grande, un parque público que data al menos de 1787, con una gran variedad de especies vegetales y animales. Destaca el estanque central y la Fuente de la Fama, un homenaje popular a Miguel Iscar, el alcalde que modificó el perfil urbano de la ciudad en el siglo XIX.

La zona que rodea este parque de estética romántica, merece un recorrido. La Acera de Recoletos, con los edificios decimonónicos levantados por la burguesía tras la desamortización de Mendizábal, con especial mención a la Casa Mantilla que ocupa toda una manzana con su porte potente, plagado de una decoración a base de cariátides y cabezas leonadas.  Muy cerca, en la calle Miguel Iscar, la Casa Museo de Miguel de Cervantes, donde el escritor vivió entre 1604 y 1606, coincidiendo con la publicación de la primera edición de El Quijote, en 1605. En su interior se recrea el ambiente cotidiano de un hidalgo español del siglo XVII.

No podemos olvidar visitar nuestra Plaza Mayor, zona principal de reunión y encuentro; primera plaza mayor regular de España, cerrada y con soportales, utilizada como zona de mercado y escenario de las celebraciones públicas.